Tras la
lectura de dicho texto, podemos decir que encontramos transmisión cultural en
cualquier contexto de la vida, ya que, el hecho de compartir y transmitir de
generación en generación aquellos saberes y costumbres que perduran en el
tiempo es lo que nos hace tener identidad en un grupo social determinado,
aunque en la escuela es donde más evidente se puede hacer este hecho.
Seguidamente,
otra idea que es importante destacar del texto, es que la transmisión cultural
es importante, pero es más importante aún generar conocimientos nuevos porque
consideramos que esta es la chispa para que el mundo y la vida continúe, sino
fuera así estaríamos ante un estancamiento, por ello Hannah Arent (1996:159)
“Los y las enseñantes tenemos un importante papel de medición en ese proceso de
conservación del mundo garantizando, para ello, que los y las jóvenes no sean
controlados, moldeados, que no se les quite de las manos <su propia
oportunidad ante lo nuevo>”.
No obstante,
nos preguntamos lo siguiente, si lo correcto es dejar fluir el nuevo
pensamiento, ¿Por qué en las escuelas no lo dejan fluir? ¿Por qué se tiende a
tener controlado y totalmente estructurado aquello que quieremos transmitir? Es
decir, ¿En la escuela solo es correcto aquello que ya ha sido dicho antes, los
dogmas, el conocimiento científico? Con esto, lo que hemos olvidado es que,
Nieves Blanco (2006:159) “en el origen de la cultura, del conocimiento, hay una
red de relaciones que crean, recrean, reproducen e inventan significados
ligados a la vida concreta y singular de hombres y mujeres en contextos de
realidad específicos y definidos”, así pues, olvidándonos de esto lo que
consigue el sistema que nos gestiona es una ausencia de interés por aquello que
aprendemos, ya que, en las aulas muy pocas veces encontramos sentido en aquello
que aprendemos y aquello que vivimos, es decir, parece que la realidad y el
saber vayan por caminos separados, y ahí es donde está el error, y es a partir
de ahí cuando nacen las frustraciones y el desinterés tan acentuado que como alumnas
podemos decir que muchas veces hemos sentido, ya que, en repetidas ocasiones
recordamos haber dicho a lo largo de mi vida académica ¿Y esto para que me va a
servir? Por tanto, esto consideramos que es fruto de una desmotivación
importante, y un alumno o alumna desmotivada podrá aprobar un examen, pero
nunca habrá aprendido con ese aprobado, y mucho menos habrá sentido el disfrute
de aprender.
Asimismo, creemos que el ingrediente perfecto para conseguir una receta perfecta en el ámbito de la educación es crear curiosidad en aquellos que quieren aprender, solo así haremos que los mismo se conmuevan y cuestionen todo aquello que les inquieta, que les mueve, pero para ello es necesario olvidarse de los procesos totalmente estructurados, ya que, esto lo único que va a hacer es condicionarnos. Por ello, también se resalta la idea de diferenciar conocimiento y saber, el saber va más allá porque este se consigue a través de la experiencia, entendiendo aquello que nos pasa y porque nos pasa, aunque, no hay que renunciar a ninguno, considero que es el saber el que verdaderamente te hace darte cuenta de aquello que aprendemos, aunque no sea de forma directa, ya que, el conocimiento puede ser adquirido de un libro, pero el saber al ir ligado a la experiencia siempre va a ser algo nuestro, único e irrepetible, y esa enseñanza es muy difícil que se borre por mucho tiempo que pase, en cambio, cierta teoría adquirido de un manual, sí es conocimiento, pero tiene más posibilidad de ser olvidado a la larga.
Asimismo, creemos que el ingrediente perfecto para conseguir una receta perfecta en el ámbito de la educación es crear curiosidad en aquellos que quieren aprender, solo así haremos que los mismo se conmuevan y cuestionen todo aquello que les inquieta, que les mueve, pero para ello es necesario olvidarse de los procesos totalmente estructurados, ya que, esto lo único que va a hacer es condicionarnos. Por ello, también se resalta la idea de diferenciar conocimiento y saber, el saber va más allá porque este se consigue a través de la experiencia, entendiendo aquello que nos pasa y porque nos pasa, aunque, no hay que renunciar a ninguno, considero que es el saber el que verdaderamente te hace darte cuenta de aquello que aprendemos, aunque no sea de forma directa, ya que, el conocimiento puede ser adquirido de un libro, pero el saber al ir ligado a la experiencia siempre va a ser algo nuestro, único e irrepetible, y esa enseñanza es muy difícil que se borre por mucho tiempo que pase, en cambio, cierta teoría adquirido de un manual, sí es conocimiento, pero tiene más posibilidad de ser olvidado a la larga.
De este
modo, hay que poner en marcha un transmisión cultural que ayude a los
individuos que llegan al mundo a crecer, y esto solo puede conseguirse cuando
los docentes actúan como guía en base a una libertad, es decir, no se trata de
decir: Esto es lo que tienes que aprender, se trata de entender la educación
como un proceso de acompañamiento, ya que, como bien dice María Zambrano
(1967:117) “Educar es preparar para la libertad”, por tanto, ante esto podemos
añadir que, la educación debe entenderse como un dejar hacer, un dejar cuestionarse,
es así como encontraremos el sentido verdadero al saber.
Por lo
anteriormente dicho, podemos ver que no tiene sentido alguno empaquetar el
saber en contenidos, ya que, haciendo esto estamos privando al saber de
libertad, y como consecuencia, privando de libertad a aquellos que están
implicados en el mismo, pero ¿Por qué la escuela lo hace? Tal vez, esto es
consecuencia del interés económico que mueve al sistema, el interés en
categorizarlo todo y enfocarlo todo hacia el mercado, pero este es el problema,
porque así conseguimos personas mecanizadas, sin iniciativa, y esto bajo nuestro
punto de vista, ni es educación, ni es saber, ni es conocimiento.
En
definitiva, lo ideal para conseguir ese saber al que tanto anhelo tenemos,
sería hacer una fusión entre lo que ya conocemos y lo que surge nuevo, como
dice Hannah Arent (1996:181) “Mediar entre lo viejo y lo nuevo, esa es la
esencia de la tarea docente”. Así, conseguiremos estar en contacto directo con
aquello que queremos conocer, el estar en contacto directo implica estar
saboreando lo que aprendo, la cual, es
otra idea que se plasma en el texto y me resulta muy interesante, ya que, desde
esta idea debería partir toda la práctica educativa.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada