En el
presente texto, escrito y redactado por Jurjo Torres Santomé, catedrático en didáctica
y organización escolar en la universidad de A Coruña, trata sobre los libros de
texto, destacando en primer lugar, que dichos libros son materiales escolares
que requieren de la aprobación oficial del Ministerio o de Consejería. Con la aprobación
de dichas organizaciones, los libros de texto son considerados como libros que
cumplen con los requisitos para “educar a una persona”. Podemos decir que se
trata de una imposición autoritaria de lo que es bueno, verdadero y valido. ¿Se
podría considerar esta imposición una amenaza a la libertad de cátedra?
No obstante, esto podría acarrear varias consecuencias, ya que, los libros de texto al estar condicionados por las editoriales, se imponen unos conocimientos, conceptos destrezas y concepciones de la realidad dejando al margen otras de mayor importancia. Esto quiere decir, que los libros de texto suprimen ciertos conceptos y conocimientos que no aparecen en ellos.
Si bien
es cierto, un autor a la hora de redactar sus conceptos e ideologías, debe de
ser consciente de la política e ideología de una determinada editorial. De ahí que
se puedan censurar ciertos conceptos, que la editorial considere inoportunos o erróneos.
Es por ello, que esta imposición sí que podría afectar a la libertad de
cátedra.
Los libros
de texto imponen que aprendemos lo que ellos marcan. En todos estos años ha
habido diferentes cambios educativos, diferentes leyes educativas, cambios en
el Currículum con respecto a contenidos, etc. ahora bien, ¿Creemos que los
contenidos escolares han cambiado mucho en los últimos 20 años? Los libros de
texto, son y han sido unos materiales obligatorios en las aulas, dejando a un
lado las experiencias de los docentes y las innovaciones.
Los contenidos
escolares han ido evolucionando a lo largo de los años, por ello, lo que se
imparte en las aulas lo determinan las editoriales. La gran mayoría de
editoriales son controlados por grandes grupos de comunicación o la iglesia. Sin
embargo, quien decide más directa o indirectamente aquello que no se pone en
los libros de texto tiene que ver con determinadas posiciones de esos grupos
mediáticos.
A pesar de
todo esto, actualmente los libros de texto son considerados recursos didácticos
empleados por los profesores. El consumo de libros de texto tiene tanto peso e
importancia, además de ser un recurso tradicional, que hoy en día es considerado
como “norma” y como bien se resalta en el texto de Santomé: “llegándose a olvidar que no siempre fue así
y que no tiene por qué seguir siendo de esta forma”.
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